miércoles, 7 de diciembre de 2011

SdeH 58 FIL 2011.

Debo de culpar al virtualmente próximo presidente de México – al menos, así lo señalan las encuestas – aunque lo virtual en el reino de la Internet no se le dá, como veremos a continuación -  de que esta colaboración esté en trance de convertirse, de una postrera reseña sobre esta abrumadora fiesta de los libros, en la crónica de un mero show mediático. Si el señor candidato pretendía capitalizar el escaparate de la Fil como foro político, vaya que lo ha conseguido, aunque con  efectos de humorismo involuntario, dado que en este caso, para expresarlo coloquialmente, verbo mató carita.  Pero ha sido ese medio pérfido virtual, la Internet, el que ha convertido ese breve lapso de 3 minutos 10 segundos de bloqiflojo, en cataratas de letras, hashtags como Librería Peña Nieto, y soy prole, alcanzando la categoría de trend topic ; blogs y espacios noticiosos, bloqueos y respuestas de familiares del candidato, airadas y plenas de adjetivos calificativos como “bola de pendejos, que forman parte de la prole y solo critican a quien envidian”.  
Aunque no faltan quienes dicen que los errores multiseñalados fueron cometidos a propósito: todo sea por incrementar nuestra presencia mediática: no importa que hablen mal de nosotros, con tal de que hablen. Recordemos que Vicente Fox consiguió, a partir de su dislate en torno a Jorge Luis Borges, un lugar en el anecdotario político nacional; ¿por qué no habría de acontecer lo mismo con el personaje que nos ocupa?
Pero en todo caso, debemos de agradecer al candidato, el haber propiciado la apertura de esa Caja de Pandora que alberga la vena creativa literaria que mora en los cibernautas mexicanos molestos con el Gel Boy.
Por ejemplo: Contesta nuestro personaje: ”¿Un libro que me marcó leerlo? ´El dinosaurio´ de Monterroso, pero aún no lo termino…
Y Genaro Villamil en su blog, nos regala algunas propuestas de lectura: se los recomiendo.
Pero dejemos de lado tan multicitada presentación, dado que está consiguiendo a través de nosotros, el propósito publicitario buscado. Pero sí, ya dejemos de hostigar con autores y títulos de libros: contribuye a deteriorar prestigios de hombres públicos. Y La Fil – aparentemente - es un instrumento subversivo para poner en evidencia a estos ínclitos individuos…..
Refiriéndome a nuestro fatigado deambular por los pasillos de la Fil, me remito a parafrasear aquélla letra del tango: “Que 25 años no es nada, que febril la mirada…”  que en este caso es totalmente inoperante: mientras que en los últimos 25 años, nuestra capacidad humana va mermando, la FIL se hace cada vez más grande, inacabable, inabordable, aunque lo de “febril la mirada” persiste. Y esto parece ser algo común a todos los que hemos sido asistentes asiduos a ella. Al grado que una amiga, fresca y juvenil, se muestra fatigada y nos expresa: “No sé si es la edad, pero esto me resulta demasiado”.  Rememorar aquellos tiempos heroicos en que la cabina de Radio Universidad era una especie de covacha isonorizada con rejas de huevos; de la toma por asalto del sector infantil del Saltapericos; de las colaboraciones de los añorados  Arduro Suaves y del Negro Guerrero. De cuando no se sabía por qué derroteros  habría de transitar la propia Fil.  
Acto seguido – se me acaba el tiempo - , me enfrasco en buscar  posibles propuestas para facilitar la relación de nosotros, pequeños humanos, con la Feria: 1. Crear el cargo de historiador cronista de la Fil: la numeralia detallada con que se cuenta, parte del 2005. Personaje que indague en el historial desde su inicio y que se aventure a pronosticar qué futuro de FIL nos espera.  2. Instalar, para efectos de información, en pantallas interactivas, la página web de la FIL. 3. Convertir los interminables pasillos en bandas transportadoras de público asistente. 4. Instalar oasis para descanso temporal, a salvo de la multiplicidad de estímulos de todo tipo que nos asaltan, sin que sean los infaltables sitios expendios de comida chatarra: urge también que la FIL se refine en materia culinaria, no nos referimos a los libros de cocina sino a la cocina en vivo. 5. Creemos que se hace necesario moderar la presencia de las turgentes edecanes que distraen notoriamente al maestro David Izazaga de su verdadero objetivo en la Fil, que es el escuchar conferencistas, ver,  adquirir libros y otros productos culturales y generar colaboraciones  – y no lo decimos porque las susodichas edecanes no sean, a su vez, un producto cultural; pero estas se cocinan aparte. Al respecto, el maestro David nos quedó a deber la continuación de una saga humana que inició en el programa “Como en Feria” que prometía dar origen a lo menos, a un libro de relatos que podría derivar en un libro de periodismo de investigación. 6. Por último, creemos que los prestadores de servicios turísticos no han sabido visualizar el potencial de mercado que entraña la FIL; por ejemplo, un paquete de visita guiada para los amantes de la novela del género negro, o rosa, o autoayuda, por consignar solo algunas posibilidades para aproximarnos suavemente a este universo literario que llamamos la FIL. Hagamos, desde ahora,  acopio de energías para la próxima FIL.
Hasta la próxima, amigos. Para “Señales de Humo” Emilio Vega Martín.
   
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