miércoles, 26 de septiembre de 2012

SdeH 72 VIVIR CON DEMASIADO DINERO.


En colaboraciones anteriores, nos dedicábamos a explorar casos de “cómo vivir sin dinero”. Ahora nos preguntaremos sobre el extremo opuesto de la riqueza material: ¿Cómo viven los que tienen demasiado dinero? Podemos constatar que el mundo material, el planeta, está siendo regido por los mandatos de los dueños del capital y los gobiernos actúan como sirvientes de estos. En un mundo en el que se restringe la movilidad de la mano de obra, los capitales, los bienes de uso y consumo, adquieren, por el contrario máxima facilidad de movimientos. Esto incrementa las utilidades del capital y por el contrario daña los ingresos de la mano de obra. Asimismo, los sistemas impositivos están diseñados para favorecer a los grandes capitales.
Sin embargo, los súper ricos y pensadores afines con ellos, sostienen que el ciudadano común es el causante de su propia penuria económica. Patrocinadores tan antiguos como prestigiosos fundamentan esta doctrina. Emisario de la revolución estadounidense en París y redactor de la Declaración de la Independencia, Benjamín Franklin estimaba, en 1776 que «cuantos más servicios se establecen para cuidar de los pobres, menos cuidan ellos de sí mismos y menos se preocupan». En resumen, abandonar a los indigentes a su suerte sería prestarles un servicio. La avaricia se convierte así en una avanzada forma de la generosidad humana, o sea, atrevámonos a decirlo, de ayuda social.
Recientemente, Un banquero de Wall Street, en declaraciones a la agencia Reuters, ha descrito a los protestantes de Wall Street como "un movimiento de quejicas vagos e incompetentes que no tienen nada que hacer con su tiempo", ha indicado señalando que le preocupa que el movimiento pueda volverse violento: 
Para conservadores y defensores de los ricos, las protestas son alarmantes. Eric Cantor, líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, advirtió: “yo… estoy cada vez más preocupado por la creciente chusma que ocupa Wall Street y otras ciudades del país”. El precandidato presidencial republicano Mitt Romney advirtió de que esto es peligroso, es guerra de clases, mientras Herman Cain, otro precandidato republicano, afirmó: no culpen a Wall Street, no culpen a los grandes bancos; si no tienes empleo y no eres rico, cúlpate a ti mismo. El influyente representante federal Peter King acusó a los manifestantes de anarquistas y no tener otro propósito que ser antiestadunidenses y anticapitalistas, pero advirtió: “debemos tener cuidado en no permitir que esto adquiera legitimidad… no podemos permitir que eso ocurra”. Y para rematar, Gina Rinehart, australiana, la mujer más rica del mundo, heredera de fundos mineros, dijo que sus compatriotas australianos son "trabajadores vagos que beben y socializan demasiado". Los incita a que "Salgan del pub y vayan a hacer millones".
Por lo visto, a los súper ricos les ha ido muy bien: ya en 2008, Victor M. Toledo en la Jornada, en su texto ¿Tiembla el capitalismo? lo anticipaba. Mi pregunta es: ¿para qué necesitan tanto dinero? Como respuesta, me he dedicado a indagar el precio de los objetos que las élites monetarias timocráticas, supuestamente, adquieren:
El carro Precio: 7.8 millones de dólares 
El celular Precio: un millón de dólares. La camisa Precio: 44,740 dólares. El reloj Precio: 25 millones de dólares. El postre Precio: 25,000 dólares. El sillón Precio: 1.6 millones de dólares. El mouse Precio: 24,180 dólares. El libro Precio: 216 millones de dólares. El bolso Precio: 42,000 dólares. El mouse pad.
Precio: 500 dólares.
Si están interesados en adquirir alguno de estos objetos, les puedo suministrar los datos al respecto. Anexamos en nuestro blog, detalles de los objetos anteriormente reseñados.
Quedo pendiente. Hasta la próxima.
Emilio Vega Martín.

El carro Precio: 7.8 millones de dólares En el mundo de los autos exclusivos se encuentra el Maybach Exelero. Este coche posee un motor turbocargado V12, que produce 700 caballos de potencia, alcanzando las 218 mph como velocidad máxima.
El celular Precio: un millón de dólares
El Goldvish Limited Edition es, según la empresa que lo fabricó, el celular más caro del mundo, gracias
a su cuerpo de oro de 18 quilates cubierto por una cantidad indeterminada de diamantes y su parte
trasera de piel de cocodrilo. Cuenta con una cámara de 2 MP, conectividad Bluetooth y EDGE;
además de un slot para tarjetas SD y parlantes estéreo. Te presentamos el celular goldvish para
mujer:
La camisa Precio: 44,740 dólares
La firma suiza Eton posee una larga trayectoria vistiendo al mundo con sus camisas de lujo para
hombres. Este modelo fue creado con fino algodón egipcio, incluyendo botones de diamantes
coloreados, así como diamantes blancos incrustados en sus puños.
El reloj Precio: 25 millones de dólares Es el modelo 201carat de Chopard
El postre Precio: 25,000 dólares. Es el 'Frozen Haute Chocolate', elaborado con 28 clases diferentes de cacao, 14 de ellos llegados de las zonas más exóticas y caras del mundo. Sobre el postre se han vertido cinco gramos de oro comestible de 23 quilates y se sirve en una copa adornada también con oro comestible. En la base de la misma tiene un brazalete de oro de 18 quilates con diamantes blancos. El postre lleva en lo alto crema batida recubierta con más oro y chocolate de Knipschildt Chocolatier (la tienda de chocolate más cara del mundo). El sillón Precio: 1.6 millones de dólares Está hecho de plata y fibra de plástico. El mouse Precio: 24,180 dólares
Es de oro y viene en dos modelos, llamados "Diamond Flower" y "Scattered Diamond", que vienen en
plateado o en dorado. Ambos incluyen pequeñas incrustaciones de diamante. Fue desarrollado por
una empresa alemana llamada Pat Says Now.
El libro
Precio: 216 millones de dólares
Este texto sólo consta de 13 páginas escritas. Su autor, Tomas Alexander Hartmann, presentó al
público su obra, por última vez,en el Art Dubai de marzo de 2009. El precio es tan elevado porque,
según Hartmann, ha resuelto las tres cuestiones más importantes de la humanidad en menos de 300
frases: ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Cuál es la misión real que todavía está por realizar?
El texto se traducirá a 150 idiomas.
El bolso Precio: 42,000 dólares Es de la firma francesa Louis Vuitton. Entre los materiales que se emplearon para su creación está la piel de cocodrilo y plumas de aves exóticas.
El mouse pad
Precio: 500 dólares
Como parte de la colección oficial de Formula 1, este mouse pad de carbon está hecho a mano por
ingleses y diseñado con software de modelado 3D. La parte trasera del mouse pad está compuesta de
ante Italiano negro.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

SdeH 71 Vivir sin dinero II


De antemano, debo de solicitar me perdonen porque, aun cuando sigamos en el tema, en este periplo buscando formas de vida que prescindan del dinero, he derivado en una especie de visión caleidoscópica que va, desde el desperdicio en la sociedad de consumo, hasta la vida en una cueva, pasando a una existencia de viajero permanente prescindiendo del dinero y un manifiesto anticapitalista … vinculado a nuestro viejo conocido Slavoj Zizek y el trueque que se abre paso en el comercio entre naciones.
Lo que parece más interesante en toda esta búsqueda de vivir sin dinero, es que hace aflorar las mejores cualidades humanas.
Hasta hace poco, H. D. Thoreau era el epítome de la vida con escaso nivel de consumo; recuerdo que – no he podido recuperar la fuente – Thoreau se manifestaba escandalizado por el nivel de afición al consumo de sus contemporáneos estadounidenses. La actitud de Thoreau era tildada de excéntrica. Dos máximas de Thoreau. Un hombre es rico en proporción a las cosas que puede desechar.  El más rico es aquel cuyos placeres son los más baratos. En materia de consumo, pensando en que su vida transcurrió durante la primera mitad del siglo XIX, no quiero imaginar qué pensaría si viviera en nuestra época.
Al parecer, dadas las dificultades crecientes que se visualizan para mantener los estándares de consumo y nivel de vida propios de los países industrializados, es creciente el número de personas que buscan reducir la preeminencia que el dinero tiene en sus vidas.
Son variadas las combinaciones de comportamientos aplicables: Reducir el consumo. Obtener bienes y servicios mediante el trueque. Reciclar bienes. Obtener bienes y servicios mediante el aprovechamiento de los bienes desechados.
Dejemos de lado los que aprovechan los desechos de la sociedad de consumo. De todas formas, según se consigna en un artículo aparecido en el diario argentino La Nación, el Instituto Austríaco de Economía de los Desechos calculó que el 45% de lo que los supermercados alemanes descartan se puede todavía consumir; se calcula que el alemán promedio tira a la basura  100 kilos de comida por año. Un equivalente de esto podría aplicarse a otros bienes como aparatos electrodomésticos, ropa y demás bienes de consumo que suelen ser abandonados cuando todavía tienen uso funcional. Sin embargo, de manera un tanto absurda “rescatar” comida viola la propiedad privada.  ”En Alemania es legal tirar comida, pero es ilegal rescatarla”. Otro tanto acontece en buena parte de los países industrializados.
En el grupo de los que renuncian al uso del dinero, destaca la alemana Heidemarie Schwermer. En entrevista concedida al periódico español el País, declara: 'Nunca tocaré un euro. Le he echado un vistazo, pero nunca lo tocaré', proclama. Schwermer dejó de usar marcos y euros, allá por 1996, cuando renunció a todas sus propiedades. Su meta: demostrar que un mundo distinto, de absoluta libertad y justicia, es posible. Locuaz y mística, todo lo que necesita para vivir lo obtiene a través del trueque, según describe en su libro, Mi vida sin dinero (Editorial Gedisa).
En este mismo sentido de la vida sin dinero, es interesante la vivencia consignada por Benjamín Lesage en el blog PijamaSURF. Benjamín y sus compañeros tienen ya 2 años de viajar sin dinero, a lo largo de los cuales han pasado por nuestro país, sumando adeptos, en vías de gestar una comuna y preparando un video del cual podemos ver una primera parte.
Dejamos para una tercera entrega el apartado dedicado a los mercados de trueque. Les dejamos como introducción el mercado de trueque del Gobierno del D.F.
Hasta la próxima, amigos.
Para “Señales de Humo” 
Emilio Vega Martín.