miércoles, 13 de marzo de 2013

SdeH 82 MEDIATIZACIÓN MEDIÁTICA

Empezaremos por citar un párrafo de un texto aparecido en Radio Nederland, de la autoría de su colaborador Pablo Gámez:
“El siglo XXI debe entenderse a partir de la desinformación como ecuación comunicacional y un ideal superfluo y tramposo de que la información que se nos brinda es la correcta y creíble. Es una fórmula rentable y funcional –fundacional para los grandes emporios de la comunicación, esos grandes magos de nuestro tiempo que tienen la potestad de ocultar y desnudar lo que ellos quieran que acontezca en nuestra modernidad.”
Tenemos enfrente 2 casos al respecto que podemos juzgar paradigmáticos: uno es en la sucesión de Benedicto XVI: la demanda de los cardenales brasileños de que surja a la luz la información sobre la red de corrupción sexual existente entre cardenales que obligadamente deberá influir en la citada sucesión y el otro, en torno a la figura de Hugo Chávez. Abordaremos el segundo, dejando para otra ocasión el fenómeno del caudillismo latinoamericano centrándonos en sus efectos sobre el desarrollo venezolano.  
Probablemente todos tengamos información sobre el Comandante Hugo Chávez, su trayectoria y deceso. Asimismo, dependiendo de nuestros prejuicios y afinidades ideológicas es muy probable que ostentemos opiniones polarizadas en torno a él.
Nada como la trayectoria del Comandante Chávez para ilustrar la manipulación mediática. Lo importante es lo que definen los poderes fácticos vía medios de comunicación. Tampoco hubiera sido importante Chávez si Venezuela no estuviera asentado sobre un mar de petróleo.
En Venezuela, antes de Chávez, no pasaba nada: Entre cuartelazos e intentos de democracia transcurrió la mayor parte del siglo XX; las oligarquías – muy al modo latinoamericano – seguían enriqueciéndose al tiempo que el número de pobres se incrementaba; la capital real de Venezuela no estaba en Caracas; estaba sita en Miami; las petroleras transnacionales sobrellevaban tranquilamente tal estado de cosas. Hete aquí que arriba al poder un militar de segundo rango, Hugo Chávez. Después de haber conquistado la presidencia en 1998, sufre la receta usual venezolana – otro cuartelazo – que tiene una vigencia efímera gracias al apoyo popular que ya goza Chávez y esto no obstante que los golpistas cuentan con la bendición del FMI, la embajada de los EEUU, el gobierno español – a la sazón presidido por José María Aznar – y las empresas transnacionales. Y es que Chávez se ha convertido en un ente incómodo: aprovechando el boom de los precios del petróleo, se dedica – como nos lo prometió aquí el Jolopo, que al cabo no cumplió – a “administrar la abundancia”, derramando sus beneficios sobre las clases populares venezolanas, dejando de lado al FMI y a otros organismos  financieros internacionales en lo tocante a lo económico, generando curiosos resultados: James Carter, antiguo presidente de Estados Unidos, declaró hace poco,que el sistema electoral de Venezuela era "el mejor de mundo". En diciembre de 2005, la UNESCO decretó que se había erradicado el analfabetismo en Venezuela. De 1999 a 2011, la tasa de pobreza venezolana pasó de un 42,8% a un 26,5% y la tasa de extrema pobreza de un 16,6% en 1999 à un 7% en 2011. Según el PNUD, Venezuela ostenta el coeficiente GINI más bajo de América Latina, es el país de la región donde hay menos desigualdad. Según la FAO, Venezuela es el país de América Latina y del Caribe más avanzado en la erradicación del hambre.
Según los detractores del Presidente Chávez, los anteriores resultados son fruto de un populismo exacerbado que tiene, aparte, como resultado, la fuga de capitales e inversiones extranjeras, que son, como todos sabemos – según dicen  ellos - , fuga altamente nociva para el desarrollo nacional. Lo indicado, por contraparte, es, como se estila según las recetas del FMI, la aplicación de políticas elitistas que concentran el ingreso en las élites, para que un día, tal vez, por efecto del llamado “trickling down” (efecto de goteo o de chorrito) y la caridad, las masas se vean privilegiadas en lo económico para que ejerzan su poder como consumidores. Al respecto me pregunto: ¿Acaso que no es el propósito último de la democracia el mejoramiento de las condiciones de vida de las mayorías?
El problema fundamental es que los poderes fácticos nos han pretendido vender – vía medios – la inviabilidad de un modelo de desarrollo que atenta contra ellos. Para un ciudadano consciente, estar a favor o en contra del modelo chavista, es, en principio, banal. Lo interesante es que abre otra posible perspectiva alterna de desarrollo. Lo que resulta interesante es que el chavismo logra avances sociales que la “democracia” a la occidental pretende buscar y que nunca logra, abatir la pobreza y reducir los rezagos sociales llegando por el contrario a convertirse en verdaderas fábricas de pobres. Un tema para pensar.
Así que ¡Cuidado!: seamos recelosos ante la información mediática que se nos brinda.
Hasta la próxima amigos.
Emilio Vega Martín.
Enlaces relacionados:
Textos sobre la personalidad de Chávez: “El enigma de los dos Chávez” de García Márquez; “La Muerte del Caudillo” de Vargas Llosa; o el de Tarik Alí, “Hugo Chávez y Yo”
Sobre la situación política herencia de Chávez: Dos textos con visiones encontradas: http://www.attac.es/2013/03/12/venezuela-sin-chavez-politica-por-carisma/
Datos generales sobre Venezuela: http://en.wikipedia.org/wiki/Venezuela