miércoles, 23 de septiembre de 2009

SdeH 13 Radios comunitarias y alternativas.


Primeramente, no queremos abandonar el tema de las radios comunitarias en México, sin hacer referencia al notable texto de Aleida Calleja: Radio comunitaria: bregas y realidades
que reseña pormenorizadamente su azarosa historia.
En su texto, Aleida Calleja consigna “Sólo Radio Huayacocotla y Radio Teocelo, ubicadas en el estado de Veracruz, han podido transmitir consecutivamente por más de 37 años. La primera difunde por onda corta y aunque desde 1978 ha solicitado el permiso para transmitir en señal abierta, sus esfuerzos han sido infructuosos. La segunda es la única emisora comunitaria que cuenta con permiso en nuestro país”
Mas adelante señala: Cada vez son más los sectores que marcan la necesidad de dar solución a esta demanda social. En una carta dirigida a Vicente Fox, el pintor Francisco Toledo y los escritores Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis y Juan Goytisolo apuntan:
Los medios de comunicación electrónicos y la forma en que son concesionados y permisionados constituyen uno de los lastres más antidemocráticos de nuestra vida política. Es por ello que instamos a las autoridades gubernamentales a reconocer el derecho de los pueblos a tener sus propias radios, a validar legalmente la labor social que estos proyectos de comunicación realizan [...] Rechazar en la actualidad los permisos a las radios comunitarias es igual a mandar quemar y destruir las maquinarias de las imprentas de los periódicos en el siglo XIX y XX.
Conforme a la experiencia internacional, este nivel de sistema de transmisiones es esencial; lo prueban así las legislaciones que al respecto se han promulgado. En ellas se contempla que son, por lo general radiodifusoras que atienden pequeñas áreas y/o comunidades con información concerniente a esos segmentos de población de los que no se ocupan las grandes radios, medios nacionales o regionales.
Radios indispensables para grupos étnicos minoritarios con lenguas y culturas diferentes. Lo son también para las comunidades ubicadas en regiones apartadas y/o sujetas a problemáticas climáticas: pongamos como ejemplo las áreas rurales de Canadá, Europa septentrional y Australia.
Y no obstante lo anterior, las autoridades federales mexicanas se empeñan en negar la existencia normal de las radios comunitarias.
Curiosamente, el ejemplo supletorio más claro de la función de una radio comunitaria – aquélla que no se guía para establecerse por estándares de rating y rentabilidad económica, sino como un mecanismo eficiente de vinculación cultural - lo tenemos aquí mismo, en la red UdeG, que transmite contenidos de todo tipo, de relevancia para las regiones, que anteriormente carecían de canales para su difusión. Su florecimiento y expansión, demuestra palmariamente su necesidad.
La Red UdeG, se ha erigido en una modalidad que viene a asumir el papel de lo que debieran ser las radios comunitarias en el Estado, con la inmensa ventaja de la transmisión vía Internet, que viene a ampliar su cobertura a nivel planetario.

Por último, existe un proyecto de red de comunicaciones de la UdeG que se antoja muy interesante: nos referimos al sistema WIMAX fijo.
Se trata de un sistema inalámbrico de amplio alcance – por contraste con el sistema Wifi usual, harto limitado – que permitiría la transmisión de archivos y comunicaciones de todo tipo, a cualquier punto del estado, independiente de los sistemas actuales. El documento que lo reseña se encuentra a disposición para su consulta y descarga en nuestro blog de “Pase a la Red Virtual”.
Suponemos que los impedimentos para su puesta en práctica se encontrarían, inicialmente más que en el aspecto financiero, en los obstáculos que pudieran interponer los poderes fácticos que señorean las telecomunicaciones, aún cuando el sistema actuara solo como “carrier” (transportador), algo similar a lo que acontece actualmente con la llamada “fibra oscura” (no utilizada) de la CFE que permitiría la transmisión vía líneas de fluido eléctrico del mismo tipo de telecomunicaciones.
En fin, obstáculos que pueden ser consignados como uno más de los detalles pintorescos de este país regido por cotos de poder de toda índole.
Conversión de la radio de analógica a digital, uso del Wifi, Wimax y uso de la fibra oscura en CFE, son adelantos que vendrán a modificar radicalmente nuestros medios de comunicación.
Otro enlace de interés en Radio Nederland.


Hasta la próxima, amigos.
Para “Señales de humo”
Emilio Vega Martín.

sábado, 5 de septiembre de 2009

SdeH 12 Radiodifusión via Internet

Expresábamos en la anterior colaboración que la supervivencia en nuestro país de las radios culturales y comunitarias se antojaba difícil.
No vamos a insistir en los obstáculos de todo tipo que enfrenta; son de sobra conocidos y no haríamos más que abundar en el interminable rosario de vicisitudes que afronta la cultura en nuestro medio.
En la anterior colaboración hacíamos mención del reporte que al respecto elaboró la AMARC – Asociación Mundial de radios comunitarias - capítulo México.
Para ampliar este panorama, recomendamos el texto de Aleida Calleja: Indispensables, las radios comunitarias. Aparecido también en la revista Etcétera:
Y al tiempo, la tan cacareada conversión digital, duerme el sueño de los justos; les recomendamos el texto de Gabriel Sosa Plata: FM digital: todos caben ,que nos ofrece un panorama pormenorizado del tema.
Y ese "sueño de los justos" parece que va a perpetuarse; los recientes enroques tan denostados, entre diputados y suplentes federales son, en su mayoría, los del verde ecologista, simplemente para ubicar en el poder legislativo a representantes del duopolio televisivo para hacer prevalecer, contra viento y marea, la llamada Ley Televisa. Al respecto, véase el artículo de Irma Carolina Valadez Calderón en la revista Etcétera.
Mientras no exista una solución a tan anómalo estado de cosas, la vía de solución parece estar en migrar hacia la emisión vía Internet. Aún dentro de sus limitaciones, el acceso a esta posibilidad es interesante. Las diferencias de costos de instalación de una radiodifusora entre un sistema convencional y la Internet son abismales – por referirnos solo a una de las restricciones que enfrenta una radiodifusora cultural o comunitaria. Para quienes nos interesan fundamentalmente los contenidos, la Internet nos es suficiente. Ya sabemos que los servidores normales en los que pudiéramos alojarnos son de capacidad sumamente limitada: 3000 radioescuchas simultáneos como máximo; esperemos que la tecnología evolucione para poder incrementar este número. No obstante, podríamos complementar la emisión con el alojar su enlace en una página web en la que insertáramos en forma de texto, pdf y podcast los contenidos de la emisión radial. Con ello, el poder de difusión de las emisiones se incrementa considerablemente.
Consecuentemente con lo anterior, son las radios culturales – aún las que cuentan con permisos para transmisión en los canales normales - y las comunitarias las que van cobrando preeminencia en la vía de transmisión vía Internet a las que podemos agregar los sitios que pudiéramos calificar de “informales” generados por organizaciones civiles y cibernautas de todo cuño. A este procedimiento se han acogido tanto el Gobierno del Distrito Federal – con buen resultado – como el oficialmente denostado Andrés Manuel López Obrador.
Afortunadamente para nosotros, los poderes fácticos nacionales no están particularmente interesados en cooptar esta forma de emisión; lo suyo es dirigirse a las grandes masas, en un bombardeo machacón para convencerlas en que no hay nada mejor que mantenerse en su papel de trabajadores mal pagados y consumidores insaciables, eternos perseguidores de la zanahoria del bienestar material siempre inalcanzable. Tan es así, que muestran asimismo escaso interés por difundir sus emisiones radiales vía Internet; lo suyo no es, repetimos, buscar la calidad en auditorios, ni transmitir su mensaje a otros contextos culturales.
Si queremos acceder a una guía internacional de medios en Internet – radio, tv, video, música y podcast – les recomendamos el sitio francés comfm que enlista 10961 radios.3555 estaciones de TV.1678 de videos.3139 sitios de música y 597 sitios de podcast. En él, la presencia de radiodifusoras mexicanas comerciales que transmiten vía Internet es escaso; es más, tiende a reducirse y decae el mantenimiento de los enlaces, al contrario de lo que acontece en otros países.
En el caso de las que podemos calificar de culturales, comunitarias y alternativas nacionales, la guía es deficiente tal se diría que estas emisoras prefieren mantenerse al margen – no registrándose en ella - , fuera del conocimiento público normal aunque su número se acrecienta – por lo que hemos podido comprobar - a un buen ritmo.
Por limitaciones de tiempo, debemos de dejar para una próxima entrega el detalle de este grupo de radiodifusoras.


Antes de despedirnos, debemos de dar la bienvenida en el ámbito local a la nueva radio alternativa comandada por el amigo Xavier Garabito: Alterna Palabra
Visítenla.
Hasta la próxima, amigos.
Para "Señales de Humo"
Emilio Vega Martín.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

SdeH 11 Radios culturales y comunitarias: el futuro.

En nuestro país, para las instituciones culturales, educativas y comunitarias, contar con un permiso para establecer una radiodifusora, siempre ha sido difícil.
El obtenerlo ha dependido de las veleidades de las autoridades en turno o de situaciones coyunturales.
El espectro radioeléctrico convencional, es rehén de uno de los cotos de poder que se reparten el país. Botín de los dueños de los poderes mediáticos, con la aquiescencia sumisa de las instancias gubernamentales, que sacralizan ese estado de cosas ungiéndolo con la llamada Ley Televisa.
Espectro en el que las radiodifusoras culturales y comunitarias son legalmente inexistentes, impedidas de allegarse recursos vía venta de publicidad y sin embargo, obligadas en lo demás, a acatar normas similares a las que rigen para la radio comercial.

La AMARC (Asociación Mundial de Radios Comunitarias, capítulo México) expone, en un documento, una revisión al estado que guardan las radios comunitarias a nivel internacional, que gozan en lo general, de buena salud y que contrasta marcadamente con el panorama nacional en el que se les condena a la inexistencia tanto jurídica como financiera y tecnológica, contraviniendo todas las recomendaciones que al efecto emiten organizaciones internacionales culturales, jurídicas y financieras.
La represión hacia las radios comunitarias nacionales ha llegado ya a niveles de operaciones policiacas de gran envergadura, como es el caso de una minúscula radio regiomontana, “Tierra y Libertad”, que no obstante haber presentado en 2002 una solicitud de registro “legalmente intachable” al decir de las propias autoridades, es clausurada e incautado su equipo con lujo de violencia – sin haberse contestado su añeja solicitud - en Junio de 2008, y denunciando por la vía penal, a su principal directivo. Y este por no mencionar las decenas de casos similares acontecidos.
Tendremos que elevar ante el Grupo “Prisa”, principal promotor de la bloguera cubana Yoani Sánchez, una solicitud para que premie y eleve a rango de reconocimiento internacional, la labor de esta pequeña radiodifusora, “Tierra y Libertad” que enfrenta mayores dificultades para su tarea que la propia “starlet” cibernética cubana. A ver si nos hace caso este grupo mediático que en otras latitudes se ostenta como adalid de la libertad de expresión y aquí entra en contubernio con el mayor consorcio mediático, feroz perseguidor de todo lo que huela a radios no-comerciales o que pretendan mantener una postura independiente: recordemos el caso de Gutiérrez Vivó o el de Carmen Aristegui.
El futuro de las radiodifusoras culturales y comunitarias. – al menos en nuestro país – parece encaminarse, como única ruta de supervivencia, hacia la transmisión vía Internet, al margen de ese coto mediático, caracterizado por la basura, la chicanería y la sumisión de las instancias gubernamentales en que se ha convertido el espectro radiofónico nacional convencional, máxime que se anuncia su inminente conversión al sistema digital, que se prevée condene a la extinción en su seno a todas las radiodifusoras menores, culturales, comunitarias e indígenas; territorio radial que será entonces parcela exclusiva del oligopolio mediático.
Seguiremos en la próxima colaboración con la reseña de la radio en la Internet.
Para “Señales de Humo”
Emilio Vega Martín.