Abordemos ahora el Teletrabajo en una visión dentro del ámbito internacional.
El Teletrabajo va convirtiéndose en un asunto de interés global. Sus diversas facetas han sido abordadas por los propios gobiernos, primeramente, mediante la evaluación del impacto en sus economías y medio ambiente y por otro, en el nuevo marco que implica desde el punto de vista laboral. El estudio elaborado en Canadá por la instancia gubernamental es un buen ejemplo. Como contraparte, Las publicaciones empresariales del mundo desarrollado lo contemplan como un factor que puede contribuir a paliar la actual crisis económica.
Dependiendo de los países, la valoración y marcos legales correspondientes pueden ser agrupados en dos líneas generales: aunque en todos se parte de su incorporación en los nuevos esquemas de desarrollo, en los países del Primer Mundo se dirigen simultáneamente a favorecer la inserción laboral en el teletrabajo y en especial en lo que atañe al sector público y en los países en vías de desarrollo se hace especial énfasis en la reglamentación del teletrabajo que puede generarse vía “outsourcing” cuando empresas transnacionales lo dirigen a la contratación de personal local que reemplaza – por significar menores costos de mano de obra – a sus similares del país de origen de la empresa.
España es un caso interesante por su aplicación en el sector público, denominado como el Plan Concilia. Surgen los aspectos favorables del teletrabajo en lo tocante a la vida familiar de los empleados, en especial para mujeres que desean conciliar su actividad profesional con su vida doméstica y para jóvenes que optan simultáneamente por continuar sus estudios. Y si a sexos y jefatura nos referimos, una encuesta realizada en el Reino Unido, arroja que las mujeres son mejores jefes para el teletrabajo.
Si revisamos el ámbito latinoamericano, Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica, Chile, Venezuela y Uruguay – por no citar sino a los que aparentemente han alcanzado mayor desarrollo en la materia – han creado los marcos legales pertinentes, organizaciones y puesta en práctica de procesos de teletrabajo, tanto en el ámbito público como en el privado.
Y se me preguntará: bueno, ¿y qué pasa en México?. Para responder a tan espinosa pregunta, acudo a la respuesta de Paco Ignacio Taibo II: “en México nunca pasa nada y cuando pasa, tampoco”. El hecho es que lo existente en la materia son meros textos enunciativos inmersos en un Decreto del Poder Ejecutivo del 2003 y en otra propuesta del Gobierno del DF. Al respecto, revísese una monografía cuyo enlace anexamos en el blog. El trasfondo en nuestro país hay que encontrarlo en que, tanto lo laboral como el rubro de telecomunicaciones, parecen ser materias tabú para las instancias gubernamentales; son botín de los poderes fácticos. El teletrabajo en el ámbito privado no está sujeto a ninguna reglamentación y en el oficial no ha merecido atención. Aventuro que si este aspecto de desarrollo del país fuera objeto de evaluación por parte de la OCDE, nuestro país estaría ubicado al final de la lista, al fondo, bastante alejado del país que le preceda.
Para “Señales de Humo” Emilio Vega Martín.Entradas adicionales:
30/06/2011: Problemas que se pueden enfrentar en el teletrabajo en el medio español: outsourcing
02/08/2011: Banco Bilbao Vizcaya implanta teletrabajo
03/08/2011: Herramientas para el teletrabajo
01/09/2011: Argentina: Trabajo esclavo.
12/04/2012: Propuesta en los EEUU.
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