martes, 24 de enero de 2012

SdeH 61. Las Sociedades contra el Sistema.

A nivel internacional, en el último año, se han iniciado – apoyándose en la Internet – movimientos sociales contra los poderes nacionales instituidos en Egipto, Libia, España, Chile, EEUU y Siria, por mencionar solo los principales. Han sido gestados dentro de contextos y causas sumamente diversos: desde la pugna global en torno a recursos petroleros, hasta verdaderas luchas contra regímenes autoritarios, pasando por los efectos de la crisis financiera global y el desmantelamiento del Estado de Bienestar que el finado Galbraith denominó como “La rebelión de los ricos contra los pobres” que él sitúa originada en el “Consenso de Washington” de los Ochentas. Si nos atenemos a la información que nos proveen los medios masivos de comunicación – oligopolio en manos de las élites económicas – el panorama es paradójico; unas mismas causas son calificadas, en una latitud como movimiento democrático, en otra, como movimiento anarquista, antisistema. Los poderes establecidos no han podido negar la validez de las demandas, pero sugieren que deben hallar su cauce acogiéndose al statu quo, a lo que los demandantes responden que lo que está mal es el propio sistema.
El catalizador que ha venido a trastrocar esta especie de “pax romana” ha sido la aparición de la Internet y sus consecuentes redes sociales: los disidentes cuentan ahora con foros de comunicación masiva. La controvertida ley SOPA – que retomaremos en una próxima colaboración – guarda en su seno una ofensiva contra el uso social de la Internet. Por lo pronto, se pretende vincular la oposición a la Ley Sopa, con la acción contra Megaupload, que viene a efectuarse ahora, cuando tiene su origen en un proceso muy anterior, gestado por procedimientos judiciales normales, que carece de vinculación directa entre ambos. La manipulación informativa al respecto, recuerda significativamente a Noam Chomsky y su texto intitulado “Las 10 Estrategias de Manipulación Mediática”.
Después de todo esto, curiosamente, existen colectividades que estando sometidas a condiciones similares no manifiestan un ánimo proclive a la protesta. Tal comportamiento ha sido motivo de  atención de sociólogos que se preguntan: ¿Cómo es ello posible? Al respecto, han elaborado una teoría que han denominado de “Justificación del Sistema”. Según ésta, los seres humanos tienden a defender los sistemas en los que están inmersos, aunque éstos sean corruptos o injustos. En principio, la investigación realizada ha revelado que esta actitud se da principalmente bajo cuatro condiciones: 1. Cuando el sistema está amenazado. 2. Cuando se depende del sistema, 3. Cuando resulta imposible escapar al sistema y 4. Cuando los individuos pueden ejercer un escaso control personal. Los resultados de este estudio explicarían porqué las poblaciones, a menudo, no se alzan contra situaciones que dañan sus propios intereses. Otro texto de sumo interés al respecto, es el de la Indefensión Aprendida que vincula este comportamiento social con el consumismo, texto del que recomendamos su lectura.
Bajo este marco de condicionantes, las minorías que encabezan las protestas por motivos plenamente justificables dentro de una óptica de racionalidad democrática, se ven enfrentadas con el rechazo o abstención de las mayorías que, aparentemente, se acogen a los supuestos contenidos de la teoría de “Justificación del Sistema” anteriormente esbozada. Al parecer, bien la conocen los publicistas encargados de la propaganda en las campañas políticas y acciones de gobierno que centran toralmente su mensaje en la mención y creación de peligros convincentes para las masas de electores. Los temores se han erigido como ingrediente esencial, como elementos torales para justificar los actos de gobierno: identificar temores y cabezas de turco.
He aquí que irrumpe la Internet como elemento disruptivo, en contra del monopolio informativo de los medios de propaganda tradicionales. El debate político está derivando hacia la Internet, un medio de difusión libre que los poderes fácticos visualizan como una verdadera amenaza – sobre todo con el desarrollo de la Web 2. Detrás de ello están las multicitadas Leyes SOPA y Döring, buscando coartar la libertad de expresión, independientemente de su combate a la piratería. Pugna cibernética álgida, y eso que aun somos una minoría los que contamos con acceso a la Internet. ¿Qué nos deparará el futuro?
Hasta la próxima, amigos.
Para “Señales de Humo”, Emilio Vega Martín.


Enlaces complementarios: España y sus parados.
Indefensión aprendida 
         

1 comentario:

  1. Gracias a tu comentario en lo de Avelina, me diste esta información para mi blog. Un abrazo

    http://resistenciarealista.blogspot.com/2012/01/pero-que-miras-burro.html

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